Sylvia Navarrete
Manuel Ahumada.
La censura, el veto a la libertad de expresión de las ideas y a la expresión artística, terrenos ambos en que la libertad es consustancial, proviene del poder de las instituciones religiosas y del poder público. Y tiene su fuente en el temor -de hecho infundado- de que la expresión libre disminuya o limite ese mismo poder, escribió alguna vez Jorge Alberto Manrique, crítico de arte, ex-director del Museo Nacional de Arte y del Museo de Arte Moderno. Y víctima él mismo de la intolerancia. ¿Cuáles son los blancos de la censura en México? El sexo, principalmente. Pero no sólo el desnudo y las preferencias homosexuales declaradas despiertan en las autoridades y en el público una reacción de sospecha, cuando no de rechazo visceral. También siguen siendo motivo de reprobación el trastrueque de iconos religiosos y de emblemas patrios.
La Virgen de Guadalupe:
1.- El antecedente inolvidable: el 23 de enero de 1988, un grupo de fanáticos religiosos encabezados por Pro Vida exige -y logra- que se desmonte del Museo de Arte Moderno (MAM) una instalación de Rolando de la Rosa (una virgen con rostro y senos de Marilyn Monroe, Jesucristo con rasgos de Pedro Infante y la bandera nacional pisoteada por botas tejanas). Organizan actos de desagravio en el Zócalo y en la Basílica de Guadalupe. Se cancela el Salón Espacios alternativos, apenas creado por el Instituto Nacional de Bellas Artes, en el contexto del cual se exhibía la obra abominada; y Jorge Alberto Manrique, director del MAM, queda despedido, sin más.
2.- El escándalo más reciente: después de presentarse en el Museo Cuevas de la ciudad de México y el Centro Cultural de Santo Domingo en Oaxaca, la exposición Homenaje al lápiz se traslada en agosto del 2000 al Museo del Periodismo y las Artes Gráficas de Guadalajara. Allí, previamente a la inauguración, trece de las 200 obras se quedan empaquetadas por instrucciones de la directora, Yolanda Carvajal, quien les atribuye contenido erótico (60 por ciento de los vístanles son adolescentes y carecen de criterio para asimilarlo con madurez). Ante las continuas presiones de la sociedad civil y de la comunidad artística, el patronato del museo ordena que la muestra se monte completa. Pero a los pocos días, dos jóvenes entran al recinto y despedazan La patrona de Manuel Ahumada (un dibujo de Juan Diego con un ayate en el que aparece Marilyn Monroe). Son detenidos. Los cardenales Norberto Rivera y Juan Sandoval Iñiguez avalan la destrucción de la obra por parte de los dos jóvenes ofendidos y ofrecen pagar daños y multa. Ahumada no demanda a los agresores, Yolanda Carvajal (amenazada de muerte) renuncia a su puesto. Se abre una ardiente polémica en torno a la libertad de expresión, la censura de la Iglesia, los sistemas de seguridad de los museos y... el aborto, ya que el incidente coincide con la iniciativa de ley para despenalizar el aborto presentada por la entonces jefa de gobierno capitalino Rosario Robles.
El presidente de la República:
Caricatura de Magú tomada
de La Jornada.3.- En noviembre pasado, el Museo de la Ciudad
de México convoca a 300 artistas para rotular panaderías
del Distrito Federal. Apenas terminado, el rótulo del
muralista Adolfo Mexiac es retirado por el propietario de El
horno (Insurgentes sur 3755, Tlalpan). La obra es una
parodia de las elecciones en Tabasco: las calaveras del gobernador
Roberto Madrazo y de la secretaria general del PRI Dulce María
Sauri cabalgan un tiranosaurus rex, junto a otras tres calaveras
maltrechas del PRD. La caricatura de Vicente Fox mira la escena
rascándose la cabeza.
El poder judicial:
4.- En septiembre del 2000, agentes de la policía municipal de Tijuana arrestan a un grupo de artistas y estudiantes de la escuela de humanidades de la Universidad Autónoma de Baja California, que filman en la vía pública un video en el que dos protagonistas aparecen disfrazados de policías con cadenas amarradas al cuello. Uno de ellos, Iván Díaz Robledo, declara a la prensa: El director de seguridad pública municipal me reprendió, me dijo que era una vergüenza, que estaba indignado de las porquerías que se enseñaban en la Universidad, que lo que estábamos haciendo no era arte, no era nada.
La homosexualidad:
5.- En mayo de 1995, el ayuntamiento panista de
Veracruz intenta cancelar la Segunda Semana Cultural Lésbica-Gay
que el grupo Nuevo lenguaje siglo XXI organiza en la Casa de la
Cultura Salvador Díaz Mirón. Todo gay es un
mal nacido y no es bien visto por la sociedad, exclama el
día de la inauguración el encargado de educación,
cultura y recreación del municipio, Mario Riojas Almanza,
y enseguida desata una campaña enfurecida en la estación
de radio local. Y vitupera: Yo tengo la obligación
de velar por que no se relaje la disciplina y que se conserven
lo mejor posible nuestras tradiciones (...) Cuando el hombre empieza
a animalizarse, significa que estamos cerca de la perdición.
El director de la Casa de la Cultura, Reynaldo Carballido, alerta
a la comunidad artística, que reacciona indignada. En vano:
Carballido queda despedido.
El sexo:
6.- En 1991, el gobierno municipal de Mérida, encabezado por la panista Ana Rosa Payán Cervera, clausura la exposición colectiva Cuerpos al azar días antes de su inauguración en el Instituto Cultural de Yucatán. El mismo tratamiento sufren espectáculos de danza contemporánea (por degenerada), como parte de una campaña moralizadora. El secretario de la comuna, Tomás Vargas Sabido, aduce que no está dispuesto a admitir eventos artísticos con desnudos o escenas eróticas, que no comprende el público de esta entidad. La exposición censurada se traslada de inmediato al Festival de arte erótico del Centro Cultural los Talleres, en Coyoacán.
7.- En 1995, el pintor Segio Dávila (becario del FONCA,
categoría jóvenes creadores) inaugura su exposición
Habitantes del coito en el Museo de Arte Contemporáneo
Alfredo Zalce (MACAZ) de Morelia, Mich. En las obras seleccionadas,
empero, se excluyen por falta de espacio aquellas
en las que el erotismo se excede. El artista protesta
públicamente, Teresa del Conde denuncia en La Jornada la
confusión de los censores entre la realidad y la
representación de desnudos, parejas copulando, figuras
fálicas: nada que no hayamos visto durante los últimos
veinte años.
8.- En 1997, el ayuntamiento panista de Aguascalientes repudia una exposición de desnudos femeninos de Carlos Llamas Orenday en la Galería de Artes Visuales. Agrupaciones conservadoras, el Opus Dei y la fracción parlamentaria del PAN manifiestan en desplegados de prensa su apoyo a la medida del cabildo, porque la muestra obscena quebranta el estado de derecho y fomenta el libertinaje del ser humano. El instituto cultural de la entidad demanda legalmente a los funcionarios municipales que retiraron cinco fotos de la exposición. A su vez, 80 niños con sus padres la visitan, para demostrar a las autoridades que no son nadie para decidir qué es moral o inmoral. Jorge Alberto Manrique, en La Jornada, insiste: Es preocupante que las actitudes represivas ocurren en municipios panistas. No se trata de una derecha moderna, muy legítima como tal, sino de una derecha revanchista que quiere volver a la época anterior a Juárez. No se necesita demasiada imaginación para advertir que todo viene de la mitra aguascalentense.
9.- En julio de 1999, la Secretaría de Turismo de Quintana Roo inicia una demanda ante la Procuraduría Federal del Consumidor para retirar de los mercados de artesanías de Tulum la venta de estatuillas en situaciones que degradan la cultura maya y la moral, argumentando que los souvenirs de artesanías indígenas pornográficas no corresponden a ninguna réplica de algún vestigio.
10.- En julio pasado, a los dos días de inaugurarse una exposición de un pintor italiano-estadounidense desconocido, Robert Chiarito, en la Casa de la Cultura de Tlalpan, se descuelgan ocho de sus 22 cuadros y se voltean hacia la pared. Magda Hofmann, directora del recinto, declara haber tomado tal medida bajo la presión de un grupo de madres de familia que calificó la muestra de inmoral, pornográfica y hasta satánica. ¿Por qué la alarma? Los cuadros, independientemente de su factura discutible, tiran a lo grotesco: un hombre comiéndose las tripas; otro montado por una mujer desnuda, otro más rezando con la cabeza partida por un hacha... La comunidad artística protesta, llueven las cartas de denuncia en los periódicos: Fox acaba de ser elegido presidente y cunde el pánico ante la amenaza del regreso al oscurantismo. El delegado de Tlalpan se disculpa y los cuadros vuelven a colgarse, eso sí, confinados en un área especial.
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