Basados en la serie Honey I’m Home, se revela el estereotipo que en algún momento funciono en la sociedad. La forma de vida en pareja y la familia en sí. Es un modelo que ha caducado. El tratamiento de cada pieza es sumamente atractivo, el color y la composición nos atrapan, pero si nos dejamos llevar por este lado de la moneda no podremos ver este doble juego. A Barry le gusta poner el dedo en la yaga, hundirlo y hacernos reir de nuestras debilidades.

Es un constante juego hábil que promueve revelación, que dentro de este todo puede ser “validos”. Son elementos que están dados en un espacio donde cada uno mantiene una independencia pero que sin duda, las piezas, pueden leerse en su totalidad con gracia y humorosidad. La selección de cada uno de ellos no es nada azarosa. Es, de hecho, una selección concienzuda que puede ciertos toques de malicia.

De un vistazo encontramos en las piezas, estufas, autos perros, loncheras, mercancías comerciales, etc. Que están dispuestos en el espacio donde el dinamismo entre los objetos crean una atmosfera en la que se habla de este prototipo social; que de algún modo, si se lleva a cabo, se puede llegar a la tan anhelada felicidad.