La ciudad como tema, el baile como opción

Replica21

José Manuel Springer

19 de noviembre. Suena el teléfono. “José Manuel Springer?. “Sí...”, contesté haciendo voz de enfermo pensando que me cobraban la renta. “Perdón, pero tengo gripa y tos y casi no puedo hablar”, dije apenitas. “Hola, te tengo una chamba, ¿podrás?”.. “Sí, si...”, seguí fingiendo. “Qué te parece si te avientas la reseña del 2003 en artes visuales”. Obviamente acepté, era la única chamba interesante que me había caído luego de meses de escribir horóscopos y recetas de cocina.

Sofía TaboasSofía Taboas

Qué se puede decir en tres mil caracteres sobre un año de arte. Mucho, cuando se tiene buena memoria o una agenda con notas. Pero yo no llevo una agenda y estoy hecho pelotas. Confío en que la de los demás también, porque esto va a sonar inventado. Y sí.

Recuerdo que en febrero fui a Programa, el desaparecido centro de arte de la Anzures. La exposición Storage and Display capturó la intensidad de esta ciudad dentro del espacio de la antigua tienda de abarrotes Sumesa, propiedad del gobierno de df. La obra de Sofía Taboas, que transformó la escalera en una piscina, me convenció lo suficiente para mencionarla en esta lista, que no es definitiva. La expo tenía la estética de bodega que seguramente inspiró a algún funcionario de gobierno a retomar el local para instalar una oficina burocrática.

Con la intención de comprar algún producto artístico llegué en abril a la feria de arte Muestra 02, el evento artístico del año. El bar estaba bien, pero el conjunto de las galerías y de los espacios de video resultaba parecido al de Sam’s o Price Club, con las objetos de siempre y una que otra cosa, como la tienda de campaña para homeless de Nortec, en la Galería Menocal, o la maqueta del edificio de Banobras de Pedro Reyes en la galería Enrique Guerrero, ambas piezas arquitectónicas con un guiño de humor-problema. ¿De verdad lo que necesita el arte chilango es una feria? Los clientes fuertes no tienen porque venir al defe, los locales pueden ir a comprar a las galerías, y las galerías extranjeras las va a ver uno en Miami o Basel. ¿’tons?

Abraham Cruz VillegasAbraham Cruz Villegas. "Objetos".
2003

Dejé México en junio con destino a Venecia. La bienal contó con la participación de un nutrido grupo temas chilangos : Pedro Reyes, Iñaki Bonillas, y todo el equipo de la galería Kurimanzuto, con Gabriel Orozco como curador de El Cotidiano Alterado. Este segmento de la bienal dejó ver que el arte visual del 2003 giró en torno a la ciudad, sus objetos cotidianos y juegos. La mezcla fue un recalentado de temas que no pueden ser digeridos sin sentir nostalgia. El vocho desarmado de Daniel Guzmán fue el recuerdo emblemático de un vehículo identificado con la ciudad, que dejó de producirse en 2003. Cuando regresé en julio me metí a trabajar dando clases de baile en La Esmeralda. También me metí en la Galería de Arte Mexicano donde con su característico analfabetismo funcional Stefan Brügeman produjo el gesto del año: entre letreros de vinil y recortes publicitarios impresos en tela con textos suyos, puso una cajita de cartón vacía en el piso con la palabra nothing escrita en un costado. Una de las publicidades impresas tenía escrito a mano I don’t need a gallery. I need a show and a magazine. Quién le iba a decir a Stefan que por designio del gobierno de la ciudad (no precisamente preocupado por el arte contemporáneo) Programa terminaba convertido en la oficina de licencias de la delegación Miguel Hidalgo.

Los espacios alternativos del INBA sobrevivieron a la succión de recursos que jaló Sarí Bermúdez para construir la biblioteca que será el proyecto del sexenio. Algunos, como la Sala de Arte Público Siqueiros hicieron mucho con muy poco. Por ejemplo las exposiciones de Pablo Vargas Lugo (Onda Estadística) y la de Enrique Jezik y sus terribles cortadoras de acero. La Galería José María Velasco hizo su caminito con propuestas menos conceptualistas, como las caligrafías tridimensionales del pintor Santiago Borja. Art and Idea, Garash y la Másmedula siguen proporcionando espacio a la usual batería de jóvenes egresados de La Esmeralda que serán la carne de cañón del próximo resumen anual.

¿Quién demonios es Mónica Roibal? Me la pasé investigándolo todo el otoño. Nadie podía responderme. La artista española tuvo una exposición de pintura en El antiguo Colegio de San Ildefonso. Hubo visitas guiadas por Javier Solórzano, Carlos Monsivaís, Germán Dehesa y otros intelectuales. Canal ll, Televisa y el Gobierno de la Ciudad se unieron para hacerle publicidad. Y ¿quién es la tal Mónica, autora de estas pinturas tan olvidables. La esposa del mero mero de la industria editorial. Este sin duda fue el bluff del año.

Diciembre 15. Entregué el artículo. Me dijeron que lo van a cortar porque se pasó de tres mil caracteres. Ni modo. Le entregué un recibo de honorarios prestado y quedaron de que el próximo año me llamaran a ver si sale el pago. Mientras seguiré dando clases de baile.

Enrique JezikEnrique Jezik "Pieza sonora para cuatro máquinas" 2003. ¿Mónica qué?

Ver la otra versión: Un boom y una explosión

 

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Fecha de publicación: 19.01.2004