

Santiago Espinosa de los Monteros
Cada vez resulta más inusual que los creadores
contemporáneos conserven entre la gama de actividades cotidianas
de su labor, aquellas que muchas veces son consideradas sólo como
las formativas o por las que, por alguna razón ya fuera académica
o comercial, había que pasar aunque fuera forzadamente. La producción
de muchos de quienes se han abocado al arte conceptual (antes se llamaba
arte-objeto) o a las acciones / intervenciones / alteraciones in situ,
se han dado a la tarea no sólo de no acceder a medios considerados
como tradicionales, sino incluso a negarlos omitiendo producir en ellos
y denostando aquellas actividades relacionadas a lo que se aleja del interés
de su bisoña disciplina.
Existen excepciones. Una de ellas es Enrique Jezik (Córdoba, Argentina, 1961), quien con más de diez años de residencia permanente en México ha participado en decenas de exposiciones colectivas y más de veinte individuales. Su trayectoria es una de las más llamativas de los creadores de su generación y sus propuestas, resultado siempre de largos periodos de investigación temática y formal, resultan siempre en piezas de especial fuerza que inciden frontalmente en el momento social bajo el que son producidas.
"Considero el arte como una forma de indagar
la realidad, un modo de establecer preguntas más que de dar respuestas.
Mi trabajo reciente se ha ido desarrollando a partir de premisas conceptuales
derivadas del interés en investigar ciertas formas de violencia.
Temas como vigilancia, migración, historia, guerra (su imagen,
su estetización, su racionalización)... Mi intención
no es criticar directamente sino ofrecer una mirada oblicua al problema,
un comentario algo irónico o desapasionado, con contenidos políticos.
Y, por otro lado, siento un particular interés por los materiales,
por los procesos".
En otra ocasión, cuando Jezik visitó Puebla en el marco de la exposición "Otredad y mismidad" en la que participaron igualmente Josechu Dávila, Teresa Margolles y Santiago Sierra, Jezik presentó una instalación en el espacio anexo a la Galería de Arte Contemporáneo y Diseño. Se trataba de una pieza que era resultado de una acción realizada el 19 de Noviembre y que consistió en disparar doscientas veces, con una escopeta calibre 12, a una cabaña de planchas de madera construida por albañiles.
El aprecio de Jezik por los obuses, las armas reglamentarias
(y las que no lo son), los diseños de las empuñaduras y
de las mirillas, el desplazamiento posible de una bala viajando a velocidad
mortal, son objeto de una acuciosa investigación dibujística
que redunda en una serie de papeles cuyo mérito trasgrede la mera
ilustración del objeto representado. Estas piezas, realizadas de
manera decidida fundamentalmente con carbón, grafito y pastel,
aceptan esporádicamente los accidentes de la humedad o manchas
de tiempo que los soportes brindan y que Jezik aprovecha en pos de su
propuesta plástica.
Se trata de un autor cuya movilidad temática es considerable. Acciones, videos, performance, dibujo, objetos, textos publicados sobre el trabajo de otros autores nos revelan a un creador especialmente inquieto y propositivo. La galería ARTEPORARTE (Km 10.5 Carratera Federal Puebla - Tlaxcala N? 94) presenta la exposición "Enrique Jezik; dibujos y esculturas" con piezas que son ya obras fundamentales en su trayectoria. Sin su presencia en el medio de la plástica mexicana e internacional contemporánea, haría falta esa visión del mundo acre que los noticieros constatan con especial morbo y que Enrique desmitifica apelando a los objetos de uso de la violencia, rompiendo así, con ese acercamiento, la capacidad letal de las armas y lo que a ellas rodea.

Enrique Jezik:
Nace en 1961 en Córdoba, Argentina
Reside en México DF desde 1990
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