LV: Recientemente, en una entrevista que te hizo Carlitos Martínez Rentería, surgió el tema del exceso en el performance. Quisiera retomar esa conversación del exceso en tu obra
GP: La Pocha Nostra siempre se ha caracterizado por hacer un arte que está en el filo de la navaja; que cuestiona los límites del cuerpo y las fronteras de tolerancia del público.
LV: Entonces, para ti el exceso es:
GP: Un enfrentamiento con la locura, con la muerte, y con las contradicciones sociales extremas. En resumen, el exceso es el performance mismo… ¡ay! eso sonó medio mamón, ¿qué no? Mejor quitemos esa frase.
LV: No, déjala. Pero dime, ¿cuáles son algunos momentos excesivos de tu obra?
GP: Recuerdo…Mi caminata de tres días desde Tijuana hasta Los Angeles para entender el fenómeno de la migración…o cuando Roberto Sifuentes y yo nos crucificamos, él vestido de pandillero chicano y yo de mariachi, para protestar contra la política migratoria del ex-gobernador de California Pete Wilson.
LV: ¿Qué otros momentos?
GP: La época en la que mis colaboradores y yo éramos exhibidos en vitrinas de plexiglás o en jaulas de acero de ocho a diez horas al día durante tres días en un museo o en un espacio público.
LV: ¿Y la obra más retadora y difícil para ti?
GP: La escenificación de mi propio funeral junto con el de James Luna en una agencia mortuoria de San Francisco. Ahí sí que sentí pasos. Me prepararon con maquillaje de muerto, y la gente lloraba como si fuera de verdad. Hasta una viuda me salió, imagínate.
LV: ¿A qué te ha conducido el exceso?
GP: De nuevo…al performance. Parajódicamente el performance me ha salvado de terminar en un manicomio o en la cárcel, pero también me ha llevado varias veces al hospital; sobre todo cuando calculo mal los riesgos que tomo.
LV: ¿En serio? Cuéntame alguna vez que te haya pasado algo muy peligroso por no calcular bien los riesgos.
GP: En ocasiones no hemos medido bien el contexto y se nos ha aparecido el chamuco (el diablo). Tanto en Liverpool como en Providence (Rhode Island) fuimos perseguidos por neo-nazis precisamente por utilizar imágenes en contra de sus ideas durante el performance. También hemos sufrido persecuciones de la iglesia cristiana fundamentalista por nuestra irreverencia hacia las imágenes religiosas. Pero siempre, milagrosamente, la hemos librado. Toco madera.
LV: Excesos particulares que te seducen:
GP: La verdad, la vida de los miembros de la Pocha se mantiene en secreto para evitar controversias que no tengan que ver directamente con nuestro trabajo. Pero puedo decirte que nos interesa la sexualidad performática, la parranda en el límite y claro, la gula y el escocés. Lo demas es off the record.
LV: ¿Planes excesivos a corto plazo?
GP: Seguir visitando las zonas de “alto riesgo” de México con nuestro trabajo; hacer performance en las calles en llamas de Atenas y Estambul. El performancero debe instalarse en el corazón de la tormenta. Somos como corresponsales de “otras guerras.”
LV: ¿Alguna acción excesiva que estés preparando?
GP: Estoy a punto de estrenar un performance donde tres perros de ataque manejados por un sicario intentan morderme mientras yo acciono (reflexiona un momento). Es una bronca ensayar con los perros.Sabes, mi loca, mientras más ruco estoy, más me seducen los riesgos. Para ser congruente con mi trabajo, quisiera morirme durante un performance.
LV: Ay güey... como te dijo Rentería, a veces suenas tan contundente que das miedo.
GP: Bueno entonces vamos a ver la televisión. A ver qué hay en el Discovery Channel.
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