LV: Te he visto citar a menudo a Vicente Huidobro. ¿Compartes con él las ideas de crear “fuera del mundo que existe, el que debiera existir” y ser un mago en tu arte?
GP: Cuando te encuentras en “modo performático” estás al mismo tiempo dentro y fuera del mundo. O más bien, estás en este mundo de otra manera. Cuando mi tropa y yo estamos “dentro” del performance, sentimos que el mundo que habitamos es más real que lo que acostumbramos llamar “realidad”. Para mí la “realidad” es una construcción cultural monstruosa. Esto lo entienden muy bien muchos poetas y artistas. A Huidobro le quedaba muy claro.
LV: Aunque has dicho que hacer performance y hacer poesía son trabajos muy diferentes, me gustaría saber si encuentras entre ambas manifestaciones algunos puntos de convergencia.
GP: Mi literatura es corporeizada, embodied, in English. El destino final de mis textos no es la página, sino el performance en vivo (spoken word) o el video, la radio o las nuevas tecnologías. Claro, después los editores se interesan en publicar antologías de mi obra. Cuando antologizo, por ejemplo, lo que he hecho los dos últimos años, armo el libro como un libreto hipertextual de performance. El lector puede entrar o salir por cualquier página. Posee la lógica de mi arte vivo, que es la misma lógica de mis pensamientos.
LV: Esto que mencionas de la literatura corporeizada me hace reflexionar que el propio texto, más allá de su destino o lo que el lector haga con él, podría pensarse también como cuerpo...
GP: ...y viceversa. El cuerpo humano también puede pensarse como texto.
LV: Tus poemas tienen una forma en la página. Tienes que tomar decisiones con respecto a los versos, el acomodo, el aspecto visual. ¿Qué me puedes decir sobre esto? ¿Es importante para ti?
GP: Claro. Por lo general yo ordeno mis textos en la página siguiendo el ritmo verbal y corporal del spoken word, o bien, los diseño para ser insertados en la pantalla de video o para ser proyectados en la pared de una galería. Trato de seguir un orden visual útil y claro, que también sea estéticamente satisfactorio.
LV: En tu obra utilizas diferentes lenguajes artísticos. Eres multidisciplinario. ¿Cómo es esta búsqueda de nuevas formas de expresión?
GP: Soy un artista y escritor rebelde que siempre anda en busca de lenguajes insólitos y de formas sorpresivas para comunicarme. Las formas artísticas tradiciones me aburren. La neta, aquí entre nos, me aburre la mayoría de la pintura, la escultura, el teatro y la danza más convencionales. Soy público atento y discreto pero me aburro fácilmente. Creo que nuestros tiempos y realidades complejísimas requieren lenguajes novedosos para interpretarlos.
LV: ¿Esto tiene que ver con tu condición de “posnacional”?
GP: ¿Lo de mi obsesión por buscar lenguajes híbridos? Claro, si uno desea hacer la crónica de las nuevas culturas latinoamericanas posnacionales, uno tiene que utilizar, necesariamente, lenguajes tan sincréticos como las mismas realidades culturales que deseamos articular.
LV: ¿Verbo y gracia?
GP: En mi barrio allá en San Pancho, Califas, el español se mezcla con el chino y el coreano, la música ranchera y norteña se fusiona con el hip hop y la electrónica; los murales se pintan en la carrocería de los autos y la guadalupana se viste de chola gótica con micro-falda y tacón de aguja. It’s just everyday life.
LV: Los idiomas híbridos que mencionas están muy presentes en tu poesía (la verdad es que yo los leo y de repente ya no sé ni en qué idioma estoy hablando…se ríe). ¿Cómo es tu exploración de las posibilidades de la lengua?
GP: Exploro varias vertientes literarias: la poesía en prosa, la poesía multilingüe, la crónica, el ensayo. En mi literatura performática a veces sampleo todas estas vertientes en un mismo texto. También me interesa inventar lenguajes insólitos como el “robo-esperanto”, que mezcla el español, el inglés, el francés, el latín, el náhuatl, el caló chicano y varios lenguajes tecnológicos (techno-speak).
Últimamente he trabajado mucho la poesía glitch, que es una suerte de ataque linguistico mini-epiléptico. Los críticos dicen que mi obra literaria es “ciberpunk,” o “ciencia ficción chicana.” Yo más bien creo que es costumbrista (pega una carcajada).
LV: En esta multiplicidad de voces, ¿alguna vez tiene cabida el silencio y sus posibilidades particulares de transgresión?
GP: Vamos a ver cuánto tiempo podemos estar aquí sentados en silencio. Corre el reloj…
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